Las disfunciones sexuales pueden definirse como las dificultades presentar deseo, excitación, orgasmos o cualquier experiencia que presente dificultades al momento de un acto sexual. El dolor durante una relación sexual también puede considerarse como una disfunción.

Las disfunciones sexuales afectan tanto al hombre como a la mujer, pudiendo sentir rechazo o aversión al contacto sexual pero esto afecta de maneras diferentes a cada género. La aparición de disfunciones sexuales puede llegar a tener efectos perniciosos en las personas que las padecen, ya que suelen experimentar dificultades en sus relaciones de pareja y con su autoestima.

 

Los tipos más frecuentes de disfunciones sexuales en los hombres son:

  • Disfunción eréctil, que es la incapacidad de tener o mantener una erección.
  • Impotencia sexual, que es la incapacidad de mantener una erección suficiente para mantener el coito.
  • Disfunción eyaculatoria, el cual trata del impedimento de liberar semen durante el orgasmo.

Los síntomas de una disfunción sexual  pueden ser varios:

  • Vaginismo.
  • Anorgasmia.
  • Eyaculación precoz.
  • Disfunción eréctil.
  • Dolor en la vulva o en la vagina durante el acto sexual.
  • Enfermedades de transmisión sexual.
  • Insatisfacción sexual.
  • Deseo sexual inhibido.
  • Falta o deficiencia en la lubricación vaginal.
  • Escozor o sensación de quemazón en la vulva o en la vagina al mantener relaciones sexuales.
  • Incapacidad para excitarse.
  • Dolor en las relaciones sexuales (es más frecuente que se presente en mujeres que en hombres).

 

Los factores etiológicos de las disfunciones sexuales pueden diferenciarse en tres tipos:

Factores predisponentes, estos aumentan las posibilidades de la aparición de una disfunción:

  • Experiencias traumáticas, ya sea durante la infancia o a lo largo de la vida.
  • Educación religiosa o moral restrictiva.
  • Mitos sexuales.
  • Padres que presentan problemas en su relación.
  • Problemas de aceptación en cuanto al género de preferencia.

Factores precipitantes, estos pueden provocar una disfunción a futuro:

  • Embarazo o parto.
  • Menopausia.
  • Experiencias sexuales inadecuadas.
  • Problemas con la pareja.
  • Disfunción sexual en la pareja.
  • Situaciones adversas en el ambiente laboral, social o familiar.

Factores mantenedores, llevan a que las disfunciones se prolonguen y no desaparezcan, por lo que se seguirá repitiendo en futuras ocasiones:

  • Ansiedad.
  • Miedo.
  • Anorexia.
  • Consumo de sustancias.
  • Depresión.
  • Ansiedad y/o miedo por el acto sexual.
  • Sentimiento de responsabilidad o culpa con la pareja.
  • Falta de comunicación y/o atracción con la pareja.
  • Anticiparse a los hechos, como un fallo o fracaso durante el acto sexual.
  • Falta de información sobre la disfunción.
  • Niveles hormonales.

Las causas de la disfunción sexual en los hombres pueden deberse a enfermedades como la diabetes, problemas hormonales, depresión, entre otras enfermedades, inclusive puede deberse al consumo de ciertos fármacos o sustancias. En cambio, la disfunción sexual en las mujeres puede manifestarse como un bajo deseo sexual, dolor o dificultad para excitarse o para alcanzar el orgasmo. Estos trastornos también pueden ser causa de problemas psicológicos o físicos como el estrés, las infecciones o el vaginismo.

En la disfunción sexual, las causas no solo se deben a alguna enfermedad subyacente; también puede deberse a estrés, el consumo de drogas, alcohol, el tabaquismo, andar en bicicleta o factores en la relación.

La disfunción sexual clasificarse en cuatro categorías:

  • Trastornos del deseo sexual o anafrodisia. También se le conoce como anorexia sexual, este es un trastorno que sufren todas aquellas personas que rechazan de forma sistemática las experiencias sexuales y cualquier tipo de contacto.
  • Trastornos de la excitación sexual. Consisten en la falta de respuestas a las estimulaciones sexuales, mentales o emocionales, físicas o incluso ambas.
  • Trastornos del orgasmo. Se define como la falta o retraso del clímax sexual (orgasmo9 aun cuando la estimulación sexual es suficiente y se está sexualmente excitada, mentalmente y emocionalmente. Es posible que no se alcance el orgasmo si el coito termina demasiado pronto, si no hay estimulación erótica suficiente o si se teme perder el control o dejarse ir.
  • Trastornos de dolor sexual. Se caracteriza por la presencia de dolor genital durante el coito. El dolor puede describirse como superficial durante la penetración o como profundo ante los movimientos coitales. El dolor genital experimentado puede generar que la persona evite las relaciones sexuales, se altere o limite posibles nuevas relaciones.

La mejor manera de diagnosticar una disfunción sexual es visitar al ginecólogo, andrológico o si es necesario asistir al psicólogo para poder tratar de manera adecuada cada disfunción luego de ser diagnosticada por un profesional.