No es raro que en la consulta ginecológica la mujer se queje de tener o sentir dolor durante las relaciones sexuales. Si se quiere acabar con esta desagradable situación es necesario, en primer lugar, investigar cuándo y dónde aparece exactamente el dolor. Con frecuencia el dolor aparece en la entrada de la vagina y otras veces el dolor se localiza en la pelvis. La localización variable del dolor nos indicará distintas causas.

Se sabe que las adolescentes o bien las mujeres sienten dolor principalmente durante las primeras relaciones sexuales o incluso después. Debido a la sobrecarga mecánica durante el coito, la entrada de la vagina y la propia vagina se dilatan y refuerzan progresivamente. Si durante las primeras relaciones sexuales, que es habitualmente cuando se produce la ruptura del himen, no se tiene especial cuidado, es decir, constituyen una experiencia claramente dolorosa, durante las posteriores relaciones la mujer puede llegar a presentar reacciones reflejas de miedo.

Como consecuencia se produce un retroceso involuntario de la pelvis, una contracción de la musculatura, lo que provoca un estrechamiento de la entrada de la vagina que dificulta la penetración del pene, lo que causará dolor.

La repetición de una experiencia dolorosa de efecto negativo de este tipo en ciertas circunstancias provoca el desarrollo de un rechazo absoluto de las relaciones sexuales. Afortunadamente, estas dificultades tiene unas sencillas soluciones (siempre que exista una buena predisposición por parte de la mujer), mediante la relajación de la mujer, es decir, cuando se entrega completamente a su pareja.

Con frecuencia, la causa de las molestias consiste en una vaginitis que afecta también a la entrada de la vagina. En este caso, el dolor puede ser tan intenso que se hace completamente imposible el coito. El tratamiento médico de este tipo de inflamación consigue la curación en un periodo de tiempo relativamente corto.

Las mujeres también se quejan de dolor pélvico, que no aparece de inmediato al inicio de las relaciones sexuales, sino generalmente aparece solo cuando se aproxima el momento del orgasmo. Este dolor, desencadenado en general por la penetración del pene hasta la profundidad de la bóveda superior de la vagina, esto se debe habitualmente a procesos inflamatorios pélvicos, del útero o de sus alrededores. También se puede deber a otras causas, tales como tumores uterinos benignos o malignos.

Es muy frecuente que cuando los tabúes sexuales se instauran como falsos planteamientos morales, las mujeres afectadas tendrán muchas dificultades para vivir una sexualidad completamente natural. Generalmente, el miedo a las relaciones sexuales puede provocar un espasmo vaginal.

Para el tratamiento es extremadamente aconsejable que las mujeres con este tipo de problemas acudan cuanto antes al ginecólogo, con el fin de determinar las causas de dicho trastorno y realizar el tratamiento adecuado. El tratamiento dependerá de las causas desencadenantes. Frecuentemente basta con la aplicación de un lubricante para combatir la sequedad de la vagina. En general, las infecciones precisan un tratamiento antibiótico; en algunos casos también puede ser útil la administración de analgésicos.

Si existen causas psicológicas, convendrá seguir un tratamiento psicoterapéutico, preferiblemente en forma de terapia sexual. En ocasiones es necesario que la pareja participe en la terapia.

El dolor durante las relaciones sexuales también puede estar causado por el hecho de que en el momento en que se intenta la penetración del pene en la vagina el estado de excitación de la mujer todavía no es suficientemente intenso. En este caso, la secreción mucosa de la entrada de la vagina, que ofrece una buena lubricación para la penetración del pene, es escasa o prácticamente inexistente. Si durante la fase de excitación no se produce la suficiente secreción mucosa, la aplicación de un lubricante a base de glicerina puede ser muy útil.

Si durante las relaciones sexuales aparece dolor de forma repetida es necesario acudir inmediatamente al ginecólogo.

Cada vez se suman más mujeres las cuales acuden a un sexólogo por problemas de dispareunia o coito doloroso. Esto tiene muchos beneficios, ya que este problema tiene soluciones ya sea de tipo fisiológico o psicológico. Lo que garantizará el éxito ante este trastorno, será la correcta determinación del origen de la causa para que el tratamiento sea completamente beneficioso para la mujer que lo padece.